PHILOSOPHIE dans le boudoir.



Los Cuentos de Laura Carmille.

Hacerse Libre.

03.03.2023

Soy una mujer grande que nunca se permitió nada. Durante años me cubrí la frustración con muchas razones sabidas: la educación, la religión, mis padres, mi esposo...hasta el medio ambiente. Con lo que hoy descubro también me justificó la ecología. Fui adolescente y de las muy bellas. Mi primer festejante un muchacho a la altura de lo que yo...

Tengo sexo con mi mejor amigo. Esto no confunde ni complica nuestra relación, la completa. Vivo en mi propio chalet ajardinado de una ciudad pequeña. Sola, relativamente mayor e independiente. Ninguna cuenta con la vida, por decisión propia me resistí a lavar calzoncillos y limpiar mocos en casa. Afuera es otra cosa, soy enfermera y aplicada. Él es...

El es rico y yo inmensamente cornuda. Me deslumbró cuando yo cursaba los primeros años de derecho a mis veinte años. Eran tiempos de la dictadura militar, a la que suscribió con entusiasmo y convencimiento. Mis simpatías eran ¨zurditas¨, por lo que al comprarme también debo entender que me salvó la vida.

Soy una mujer completa. No fue fácil. No importa que declaren, hay muchas que mueren sin hacerse cargo. Hija de clase mediocre. Estigmatizada por la cultura de la represión y también por el ¨ghetto¨revolucionario, que hace de la liberación un dogma y la caga. Primero fue el sexo infantil, después la masturbación frenética. Con la adolescencia llegó...

Soy la gorda de la voz sensual. La primera condición tiene niveles de desparramo. Y como tengo vocación de plumas, vestidos ajustados y kilos de maquillaje, no puedo dejar de reconocer que lo mío es la caricatura. Encuentro placer en ello y no pienso tratarlo con ningún analista. Verles la incomodidad en los rostros por tener que tratar con...

...Era la amiga joven de mamá. Venía a llorar sus penas. Un marido miope la desatendía, inexplicablemente, si era un bombón. Femenina, elegante...siempre tacos, siempre pollera. A mis quince años la piel me ardía cuando estaba en casa. A veces después del saludo corría a mi cuarto a gastarme las manos, las dos, porque una no alcanzaba.

¨...pero un día la droga me hizo suya, y en vez de cargar nafta..." eché cocaína. Como la milonga que cantaba Rivero, ¨Packard¨, vió? y sustituyo la morfina, que acá y ahora, no se consigue. O se consigue menos y eso para una adicta que se precie es determinante.

No soy fea, soy imposible. No me caben las recomendaciones complacientes de las amigas normales. ¨Cortate el pelo así¨, ¨vestite de esta forma¨, ¨vení que te maquillo¨. Estoy cansada de escucharles hablar desde sus propios dones. Como si no fuera una absurda lotería el reparto de talentos.

Mi marido trabaja en la SIDE pero la espía soy yo. Fui ¨voyeur¨desde niña y no hay nada que me lleve al orgasmo sino la imaginación o la visión efectiva de los otros teniendo sexo. Cuando supe a que se dedicaba mi novio mi obsesión fue casarme. El sueño del príncipe azul, James Bond en mi caso.

Nos criamos juntos, aunque en casas vecinas. No tengo primeras memorias que no lo incluyan. Nos dijeron que fue así desde mis tres y sus cinco años. Nos bañaban en un mismo lugar y en el mismo turno, y tengo bien presentes a él y su pelela enfrentados a mí, y la mía. Todo entre risas. Siempre de fiesta nos presentábamos las cacas respectivas. ...